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¡Qué lindo, boludo!, argentinos al conocer la casa del Chavo del 8

📅 11.11.2025 ⏱️ 4 min read ⭐ 5.0/5
¡Qué lindo, boludo!, argentinos al conocer la casa del Chavo del 8
Recibe las últimas noticias y mantente siempre informado Un tour por la Ciudad de México terminó convirtiéndose en uno de los videos más emotivos y virales de la semana. El tiktoker argentino Jorge Amarilla, quien vive en México desde hace nueve años, decidió llevar a su padre y a su hermano a conocer la legendaria “vecindad del Chavo del 8”. Sin embargo, antes de partir les explicó que la emblemática vecindad nunca existió como un lugar físico, sino que fue un set construido dentro de los foros de la televisora de Chapultepec. Para compensar la ilusión de su hermano, Jorge los condujo hasta la residencia real de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, ubicada en la colonia Insurgentes San Borja, al sur de la capital mexicana. En el video que Jorge compartió en TikTok e Instagram, se observa el momento exacto en que su hermano se detiene frente a la casa, contempla la fachada y, entre lágrimas, dice conmovido: Qué lindo, boludo… El Chavo del 8 estaba ahí, en esa puerta.” El video rápidamente se volvió tendencia y acumuló miles de comentarios de usuarios que compartieron la misma emoción y nostalgia. Nos hizo felices durante 31 años”, se escucha decir al joven argentino, recordando cómo el programa acompañó su infancia. Jorge explicó que su hermano llevaba días pidiéndole conocer el lugar. Desde que llegó me dice: ‘quiero conocer dónde vivía Chespirito’. Y cuando llegamos, no pudo contenerse. Es increíble lo que este tipo generó en nosotros”, narró el influencer. Las redes se llenaron de mensajes de cariño y de humor. Muchos mexicanos les sugirieron seguir con un “tour del Chavo” por otros lugares emblemáticos relacionados con el universo de Chespirito. Llévalos a Chapultepec a comerse unas tortas de jamón”, escribió un usuario. Faltó ir al panteón donde descansan Don Ramón (Ron Damón) y Doña Cleotilde”, comentó otro. El tiktoker tomó las sugerencias al pie de la letra y en un segundo video llevó a su familia al Panteón Español, donde visitaron las tumbas de Ramón Valdés (Don Ramón) y Angelines Fernández (La Bruja del 71). Aunque El Chavo del 8 nació en México en 1971, su impacto cultural cruzó fronteras y se convirtió en un fenómeno televisivo transnacional. En Argentina, el programa comenzó a transmitirse en 1979 por Telefé, y desde entonces se mantiene como parte esencial de la memoria colectiva. De acuerdo con un estudio citado por el medio argentino Página 12, El Chavo del 8 es “como la Coca-Cola: se lo consume por igual en los barrios pobres y en los residenciales, lo ven chicos y ancianos”. Durante más de 30 años, el ciclo de Roberto Gómez Bolaños fue líder en rating en toda América Latina, llenó estadios, rompió récords de audiencia y creó un lenguaje compartido. Expresiones como “Fue sin querer queriendo”, “¡Guácala!” o “¡Cállate, que me desesperas!” se convirtieron en parte del habla cotidiana de millones. En Argentina, El Chavo del 8 se mantuvo por décadas en la televisión abierta con un promedio de 13 puntos diarios, mientras que en México alcanzó picos de 40 puntos de rating durante sus mejores años. Su éxito fue tan grande que incluso llegó a presentarse en vivo en el Luna Park, donde agotó siete funciones consecutivas en 1978. El propio Gómez Bolaños nunca dejó de sorprenderse por su impacto. “Se lo debo a la paciencia y la bondad del público”, declaró en una de sus visitas a Buenos Aires, donde fue recibido como una estrella internacional. El legado de Chespirito va más allá de la comedia. Su obra transmitió valores universales: la amistad, la solidaridad, la humildad y la inocencia. A diferencia de muchos programas infantiles, El Chavo no necesitaba moralejas explícitas; enseñaba riendo. Su humor blanco, su crítica social disfrazada de ingenuidad y su reflejo de la clase trabajadora lo convirtieron en una joya cultural que sigue vigente a más de medio siglo de su estreno. El video de la familia Amarilla no solo tocó la fibra sensible de los fans: también reavivó la nostalgia colectiva por una época en la que reír era tan simple como ver a un niño en un barril o escuchar un “ta-ta-ta-ta”. Más allá de las pantallas, El Chavo del 8 sigue siendo un idioma común en América Latina. Y aunque Chespirito ya no esté, su vecindad —imaginaria o no— continúa habitada por millones de corazones que, como el del joven argentino, todavía lloran, ríen y recuerdan.
Recibe las últimas noticias y mantente siempre informado Un tour por la Ciudad de México terminó convirtiéndose en uno de los videos más emotivos y virales de la semana. El tiktoker argentino Jorge Amarilla, quien vive en México desde hace nueve años, decidió llevar a su padre y a su hermano a conocer la legendaria “vecindad del Chavo del 8”. Sin embargo, antes de partir les explicó que la emblemática vecindad nunca existió como un lugar físico, sino que fue un set construido dentro de los foros de la televisora de Chapultepec. Para compensar la ilusión de su hermano, Jorge los condujo hasta la residencia real de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, ubicada en la colonia Insurgentes San Borja, al sur de la capital mexicana. En el video que Jorge compartió en TikTok e Instagram, se observa el momento exacto en que su hermano se detiene frente a la casa, contempla la fachada y, entre lágrimas, dice conmovido: Qué lindo, boludo… El Chavo del 8 estaba ahí, en esa puerta.” El video rápidamente se volvió tendencia y acumuló miles de comentarios de usuarios que compartieron la misma emoción y nostalgia. Nos hizo felices durante 31 años”, se escucha decir al joven argentino, recordando cómo el programa acompañó su infancia. Jorge explicó que su hermano llevaba días pidiéndole conocer el lugar. Desde que llegó me dice: ‘quiero conocer dónde vivía Chespirito’. Y cuando llegamos, no pudo contenerse. Es increíble lo que este tipo generó en nosotros”, narró el influencer. Las redes se llenaron de mensajes de cariño y de humor. Muchos mexicanos les sugirieron seguir con un “tour del Chavo” por otros lugares emblemáticos relacionados con el universo de Chespirito. Llévalos a Chapultepec a comerse unas tortas de jamón”, escribió un usuario. Faltó ir al panteón donde descansan Don Ramón (Ron Damón) y Doña Cleotilde”, comentó otro. El tiktoker tomó las sugerencias al pie de la letra y en un segundo video llevó a su familia al Panteón Español, donde visitaron las tumbas de Ramón Valdés (Don Ramón) y Angelines Fernández (La Bruja del 71). Aunque El Chavo del 8 nació en México en 1971, su impacto cultural cruzó fronteras y se convirtió en un fenómeno televisivo transnacional. En Argentina, el programa comenzó a transmitirse en 1979 por Telefé, y desde entonces se mantiene como parte esencial de la memoria colectiva. De acuerdo con un estudio citado por el medio argentino Página 12, El Chavo del 8 es “como la Coca-Cola: se lo consume por igual en los barrios pobres y en los residenciales, lo ven chicos y ancianos”. Durante más de 30 años, el ciclo de Roberto Gómez Bolaños fue líder en rating en toda América Latina, llenó estadios, rompió récords de audiencia y creó un lenguaje compartido. Expresiones como “Fue sin querer queriendo”, “¡Guácala!” o “¡Cállate, que me desesperas!” se convirtieron en parte del habla cotidiana de millones. En Argentina, El Chavo del 8 se mantuvo por décadas en la televisión abierta con un promedio de 13 puntos diarios, mientras que en México alcanzó picos de 40 puntos de rating durante sus mejores años. Su éxito fue tan grande que incluso llegó a presentarse en vivo en el Luna Park, donde agotó siete funciones consecutivas en 1978. El propio Gómez Bolaños nunca dejó de sorprenderse por su impacto. “Se lo debo a la paciencia y la bondad del público”, declaró en una de sus visitas a Buenos Aires, donde fue recibido como una estrella internacional. El legado de Chespirito va más allá de la comedia. Su obra transmitió valores universales: la amistad, la solidaridad, la humildad y la inocencia. A diferencia de muchos programas infantiles, El Chavo no necesitaba moralejas explícitas; enseñaba riendo. Su humor blanco, su crítica social disfrazada de ingenuidad y su reflejo de la clase trabajadora lo convirtieron en una joya cultural que sigue vigente a más de medio siglo de su estreno. El video de la familia Amarilla no solo tocó la fibra sensible de los fans: también reavivó la nostalgia colectiva por una época en la que reír era tan simple como ver a un niño en un barril o escuchar un “ta-ta-ta-ta”. Más allá de las pantallas, El Chavo del 8 sigue siendo un idioma común en América Latina. Y aunque Chespirito ya no esté, su vecindad —imaginaria o no— continúa habitada por millones de corazones que, como el del joven argentino, todavía lloran, ríen y recuerdan.